Hotel Phantatiké es un conjunto de obras desarrolladas a partir de una investigación financiada por el FONDART, las cuales conjugan las nociones de cama, espacio y escenografía.
Las camas que aparecen en dichas obras son recolectadas en escuelas rurales a partir de clases y conversaciones con niños de aquellos establecimientos, es así, como lo público y lo privado son puestos en escena de manera pictórica asumiendo un resultado que pone de manifiesto nuestro entorno íntimo en otro de circulación pública.
martes, 2 de septiembre de 2008
jueves, 28 de febrero de 2008
Hotel Phantastiké

Según algunas fuentes médicas una persona duerme un promedio de 185 mil horas durante su vida. ¿Cuánto es eso? Un periodo de tiempo de 21 años.
La fijación sobre La pieza o el gusto por un espacio arquitectónico primario en el cual se descansa, es en si, un paso mas dentro de lo escenográfico y cotidiano, y en el hombre en general, una cuestión básica y transversal.
Puede que no se tenga o se comparta, o bien que la vida transcurra en ella, pero siempre existe una noción o simulacro de esta. Es en este punto en el que se detiene la obra HOTEL PHANTASTIKÉ, en el simulacro, en el simulacro de la cama, desde donde y como la vemos y de que nos sirve aquello realmente.
El mundo, nuestra construcción de mundo, entra en una cama, es ahí donde se procesa y contextualiza lo vivido, lo aprendido. es en ese lugar en donde se esta solo con si mismo, y se responde ante uno lo vivido, incluso cuando se duerme de dos.¿Por qué simulacro? La respuesta es simple y se aloja en la representación. ¿El dibujo de una cama que es? una mimesis o es un simulacro. Si fuera una simple mimesis se asumiría, en palabras de Platón, que es una imagen-eikon o imagen-copia, por lo tanto no pasaría más allá de la mimesis y en ningún lugar superaría o significaría más que el modelo. Pero realmente se puede hacer una copia, con todo lo que esto implica, por ejemplo, en la mente de un niño. Consiente de la no-cita del texto de Foucault sobre Magritte, es que pongo al dibujo de un niño como una no copia y la ubico más bien como una representación, y ya se sabe cuanta literatura encontramos en el psicoanálisis de esto.
Entonces, y retomando a Platón, es que para esta obra en particular, recurro a la idea de PHANTASTIKÉ en su contexto referido al simulacro. PHANTASTIKÉ para Platón, se podría decir, que refiere a una imagen que surge de la nada, como una antítesis dentro de su discurso a EIKASTIKÉ, que describe o se refiere al arte de la copia.
Hacer una imagen desde la nada parece ser una añoranza del arte en general, emular a la naturaleza en su forma originaria. El poeta es un pequeño dios, parece cobrar interés en un periodo, que al contrario de lo que parece a primera lectura, es de distanciamiento entre arte y tecnología (no de mimesis entre estas partes). Lo manual a semejanza de lo digital, seria, de una manera, la nueva imagen-eikon. Pero ¿es posible generar algo nuevo dentro de lo figurativo?, la respuesta es no, pero si vamos un poco más allá y advertimos que la imagen, en los momentos en que nos encontramos, es contenedora de uno o más significados (ícono), la respuesta cambia, ya que nos adscribimos al sin número de interpretaciones que encontramos. Hay tantos significados como miradas recaigan sobre la imagen. La mirada recae sobre una imagen que revela, pero revela lo que trasciende del sujeto que la crea en cuanto el que observa quiera.Es necesario para llegar a lo PHANTÁSTKO de la obra centrar la mirada, no en el objeto sino en el sujeto.Dentro de esta obra, el sujeto se abarca desde dos puntos de vistas, estos puntos no tienen relación con la forma, como ya se advierte anteriormente, sino más bien con el texto que revelan, lo que trasciende a ellos, el excedente.
El sujeto-eikon es quien nos enseña todo, sin filtro traspasa del plano tridimensional al bidimensional, remitiéndose tan solo a la técnica que le permita una mimesis fidedigna. Revela todo (Pornografía en términos Lacanianos). Nos enseña a imagen y semejanza de lo que se le pide. No hay más información...
El sujeto-phantastiké que recrea a partir de trozos de realidad un discurso articulado a partir de lo que trasciende en él. Una verdad a partir de fragmentos que por conclusión genera algo nuevo, algo más allá del objeto mismo, el que a partir de la cama nos revela otra cosa...
Lo que fascina de todo esto es como la mirada del otro construye una realidad, pero no de cualquier otro, sino la de Yo como niño...
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